martes, 10 de julio de 2007

A Augusto Pinochet
Sabíamos que con tu partida se van muchas cosas que quedarán inconclusas. Aunque no fuiste juzgado en nuestro país, iniciamos nuestra lectura junto a Dante de los nuevos caminos por los cuales te aproximas al subte de la tierra.
Ahora en Chile, el pueblo sabe que tiene libertad para hacer todo tipo de cosas, total en Chile no se juzga a quienes se tienen que juzgar ni en muerte ni en vida. Aunque claramente sabemos que ante cualquier cosa podemos ser juzgamos con los máximos castigos solo por hacer pipi en las calles.
Dentro de las miles de manifestaciones de los Nuevos Carnavales que hubo por los días de la muerte de este señor, un sujeto me comentó que tu vida parece alcanzar aires de ser una perfecta obra de arte.
Me sorprendí con tal afirmación pues provenía de un sujeto de la izquierda chilena. Por tanto esperé el argumento de tal idea. El argumento es el siguiente: en Chile vivió un sujeto llamado Augusto Pinochet que aparece en la historia de este humilde pueblo haciendo cuanto se le plazca: matando, estafando, sobornando, haciéndose cada vez más rico, teniendo amigos de derecha como de izquierda, ojo que eso es así. Un personaje que en vida no se restringe de hacer cosas que de las cuales sabe que una vez muerto nadie podrá probar nada. Y es más, nadie lo detuvo. Salvo un lápiz.
¿Es una obra de arte esto? ¿Hacer todo lo que a uno se le ocurra sin mediación alguna?. A lo mejor desde el punto de vista estético puede ser ya que decidió encarnar la maldad, el odio, el lado oscuro del corazón del pensamiento universal, como un verdadero personaje de ciencia ficción.
Pero simbólicamente siempre será, para nosotros, sólo un sujeto que despertó a otros para simplemente dejarlos dormidos para siempre. Dejando huellas en los sueños de quienes tratamos de dormir tranquilos sin pesadillas por muchos años en la Latino América querida.
Pues bien. Ahora la pesadilla terminó, y comienzan nuestros sueños.

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